Los reportes de actividad paranormal en el Cementerio General son incontables. Espectros, fantasmas, voces y diversas apariciones han sido experimentadas tanto por visitantes como por trabajadores del lugar. Sin embargo, lo que más llama la atención en este cementerio son las interesantes leyendas urbanas, entre las que se destacan:

 

 La mujer de luto
Una trabajadora se fue sola por La Paz, mientras que sus otras compañeras se fueron por Av. Recoleta invitándola a ella a que se fueran juntas en vez de irse sola, a lo cual la otra trabajadora dijo que no.
Dentro del cementerio la trabajadora vio a una señora de luto, entonces le pregunto a donde iba, pero no obtuvo respuesta verbal, solo un asentimiento de cabeza. Siguieron juntas el camino.
Al ser un camino largo y no había mucho tema de conversación, la trabajadora le pregunta a la señora que a quien iba a ver en el cementerio, pero la señora no le respondió. Se acercó más a ella y le volvió a preguntar lo mismo. Como el sol ya se estaba ocultando, aun ofrecía un poco de luz, la señora de luto levanto su velo y mostro su verdadero rostro: una calavera.
La trabajadora quedo impresionada por unos segundos, pero al sentir un extraño olor a putrefacción decidió huir de allí e ir a el “Cristo de los Ricos” a rezar mientras escuchaba la risa de la señora de luto. Luego de algunos minutos se fue por la puerta principal a contarles a los vigilantes lo ocurrido, los cuales fueron a ver y revisar el cementerio, en donde nunca encontraron a la mujer de luto.

 

La Chaqueta
Un día un taxista tomo a una mujer en calle Recoleta que iba al Servicio Médico Legal, el día estaba frio y la mujer solo iba vestida ligeramente de un vestido veraniego. El taxista como buena persona le pasa su chaqueta cuando siente la mano fría de la mujer pagándole el recorrido. Al bajarse, la mujer le indica que en Los Naranjos 1245 podría ir a recoger al día siguiente su chaqueta.
Al día siguiente el taxista pregunta por esa dirección a un transeúnte cerca de la calle por donde recogió a la mujer. El transeúnte le dice que la calle es una que está dentro del cementerio, a lo cual el taxista pensó que quizás la mujer era la esposa de algún guardia, pero de igual forma entro al cementerio buscando la calle y la numeración.
Cuando dio con la dirección, encontró una tumba en cuya lapida se encontraba una foto de la mujer que había recogido el día anterior y cuya muerte había sido un verano, años atrás. Su chaqueta se encontraba encima de la tumba.